Gimnasia y Esgrima de Mendoza escribió una de las páginas más emotivas de su historia al consagrarse campeón de la Primera Nacional, tras vencer a Deportivo Madryn en una final para el infarto. El conjunto mendocino igualó 1 a 1 en el tiempo reglamentario y en el alargue, pero se impuso en la definición por penales para sellar su regreso a la máxima categoría del fútbol argentino después de 42 años.
El equipo dirigido por Franco Broggi, protagonista indiscutido durante toda la temporada, volvió a la élite del fútbol nacional tras haber sido parte de nueve torneos de la Primera Nacional y mantener viva la ilusión de un ascenso que finalmente se concretó en una tarde de gloria.
Un comienzo intenso y con polémica
El partido arrancó con emociones fuertes. A los cinco minutos, Gimnasia había convertido, pero el árbitro Nicolás Ramírez anuló el tanto por una mano previa. Pese a esa situación, el conjunto mendocino fue el que tomó la iniciativa y dominó los primeros tramos del juego ante un Deportivo Madryn que tardó en acomodarse.
Con el correr de los minutos, el duelo se volvió más parejo y trabado. El Lobo mostró mejores intenciones, pero no logró concretar en el marcador. Sobre el final del primer tiempo, Nicolás Romano marcó un golazo que parecía abrir el camino al ascenso, aunque otra mano previa —esta vez de Servetto— llevó al juez a anularlo y el primer tiempo se fue 0 a 0.
Madryn pegó primero, pero el Lobo nunca se rindió
En el complemento, el desarrollo mantuvo su equilibrio, con pocas situaciones claras. A los 32 minutos, Deportivo Madryn encontró un premio inmerecido: centro de Solís y cabezazo de Silva, ambos exjugadores de Gimnasia, para el 1 a 0 parcial.
Con el marcador en contra, el Lobo fue con todo. Empujado por su gente y por el corazón de un equipo que nunca bajó los brazos, consiguió el empate sobre la hora. Una mano dentro del área del conjunto patagónico derivó en un penal que Facundo Lencioni transformó en gol con una definición impecable. 1 a 1 y tiempo suplementario.

El alargue y los penales: Rigamonti, el héroe del ascenso
En el tiempo extra, Gimnasia tomó el control del juego y generó varias oportunidades claras. Recalde, Lencioni y Mondino estuvieron cerca de marcar, pero el arquero Bonnín respondió con intervenciones notables que extendieron la tensión hasta los penales.
Un ascenso merecido
El regreso de Gimnasia a la Primera División se explica por una campaña sólida, con regularidad, sacrificio y buen fútbol. Fue el mejor equipo de su zona, mantuvo una identidad clara durante todo el torneo y mostró carácter en los momentos decisivos.
Después de más de cuatro décadas, el Lobo vuelve a rugir entre los grandes del fútbol argentino.




